sábado, 13 de diciembre de 2008

¿Cuántas lágrimas?

Ayer el presidente Felipe Calderón acudió al funeral de Silvia Vargas Escalera, lo que lo está convirtiendo en visitante frecuente de las funerarias caras de México, y nos hace pensar que de seguir así el tiempo que le resta a su gobierno será dedicado a ofrecer sus condolencias a las miles de familias que sufrirán pérdidas de sus miembros por la incapacidad manifiesta, corrupción probada y falta de voluntad política que tiene el gobierno mexicano para combatir a la delincuencia de todo tipo; desde los asaltantes callejeros hasta los delincuentes de cuello blanco que asolan a los ciudadanos a lo largo y ancho de la república.
Parece que nos esperan cuatro años de presencia presidencial en las funerarias, acompañadas de caras largas, disculpas y defensa a ultranza, metiendo las manos al fuego, por sus fieles colaboradores que simplemente no hacen su trabajo (¿o simplemente no lo quieren hacer?), como queda claramente demostrado ante la impunidad absoluta con la que operan los delincuentes de toda clase en nuestro país.
Aquí el asunto es ver, no lo que el gobierno encabezado por Felipe Calderón quiera hacer, sino lo que los ciudadanos, inermes, presa fácil de los maleantes, estamos dispuestos a exigir. La disyuntuva es seguir derramando lágrimas o buscar la manera real de hacer que el gobierno cumpla con sus obligaciones, por las que cobran los funcionarios cantidades que están lejos de imaginar los mexicanos comunes y corrientes.
Tal vez sea hora de exigir que se contraten plañideras en lugar de policias. Por lo menos las primeras no secuestran, roban ni asesinan.

lunes, 1 de diciembre de 2008

El primer tercio

Hoy se cumplen los primeros dos años del gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien ganó unas elecciones reñidas y controvertidas en julio de 2006, debido a lo cual tomó posesión de una forma inusual y atropellada. La duda acompañó desde el principio al gobierno calderonista, que además tuvo que enfrentar el desgaste de la figura presidencial heredada por la frivolidad de Vicente Fox y también el problema de la seguridad y la penetración del crimen organizado en el gobierno; demasiados problemas y muy poco tiempo para hacerles frente de manera efectiva.
A dos años de distancia podemos ver que las expectativas que había con el candidato Calderón no han cristalizado con el presidente Calderón; el equipo de gobierno ha resultado más bien flojo y poco proactivo, dando como resultado que las inercias sigan vigentes y los problemas no se resuelvan ni disminuyan. Para colmo, la crisis subprime ha puesto el panorama económico muy difícil y por abajo de las expectativas más conservadoras que se pudieran haber tenido.
En dos años ha quedado claro que no existe una conducción fuerte y eso ha generado que el PRI vaya ganando terreno en las elecciones del interior de la república y mayor poder al convertirse en el fiel de la balanza que requiere el gobierno calderonista para lograr acuerdos en el congreso. Los costos políticos de cogobernar no han sido pocos y el futuro no se presenta promisorio.
El balance final deja poco qué celebrar y parece no avisorarse una mejoría para el segundo tercio, lo que empieza a concitar dudas sobre la continuidad del panismo en el gobierno federal para el 2012, donde tendrán que contender muy probablemente con Marcelo Ebrard por un lado y Enrique Peña Nieto por el otro, que ya desde luego están muy activos en su autopromoción y su estructura de campaña.
Claro que siempre queda el recurso de reinventarse y sorprender con novedades inesperadas. ¿Será?