“Sólo algunos están en contra del impuesto ´para ayudar a los pobres´” dijo Fernando Gómez Mont sobre el impuesto del 2% al consumo propuesto por el presidente Calderón, lo que no da un claro ejemplo de la percepción que quienes están en los más altos niveles del gobierno tienen sobre la realidad nacional. Seguramente el Secretario de Gobernación no conoce de historia ni ha leído a los clásicos como Cicerón o Hobbes entre otros, por lo que cree que la mayoría de la población está deseosa de pagar más impuestos. No señor secretario, el común de los mortales está a favor de mayores impuestos, porque históricamente ha sido así, y así seguirá siendo, sobre todo cuando los gobiernos, como el mexicano, no pueden justificar claramente el destino de las exacciones, como en el caso mexicano.
No extrañan las declaraciones, que forman parte de la supina ignorancia y la falta absoluta de sensibilidad política y social que los gobernantes mexicanos han exhibido históricamente, ahora claramente demostrado, sin que importe su supuesta procedencia ideológica: sean de derecha, izquierda o centro, antes de eso son funcionarios del gobierno, y con base en ello justifican lo injustificable.
Podrían argumentarse miles de razones técnicas sobre la propuesta de ingresos del gobierno calderonista, pero ningún eco tendrá, toda vez que no existen las mismas capacidades ni expectativas en el gobierno: únicamente quieren más recursos para mantener su gasto. Los pobres…¡que coman pasteles!
No extrañan las declaraciones, que forman parte de la supina ignorancia y la falta absoluta de sensibilidad política y social que los gobernantes mexicanos han exhibido históricamente, ahora claramente demostrado, sin que importe su supuesta procedencia ideológica: sean de derecha, izquierda o centro, antes de eso son funcionarios del gobierno, y con base en ello justifican lo injustificable.
Podrían argumentarse miles de razones técnicas sobre la propuesta de ingresos del gobierno calderonista, pero ningún eco tendrá, toda vez que no existen las mismas capacidades ni expectativas en el gobierno: únicamente quieren más recursos para mantener su gasto. Los pobres…¡que coman pasteles!
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