Cuando han pasado más de 48 horas de la "consulta sobre la reforma energética" aparece Manuel Camacho Solís como el vocero del Frente Amplio Progresita (entiéndase Andrés Manuel lópez Obrador) para dar a conocer los resultados y validar el ejercicio como influyente en la toma de decisiones sobre el tema. Y justamente nos referemos a ése personaje de antaño, secuaz de Salinas de Gortari hasta que éste optó por Ernesto Zedillo para sucederlo y no por él. La realidad es que Camacho Solís es un recordatorio de la vigencia de la forma de hacer política de los años cincuenta o sesenta en nuestro país.
Así que el hecho de sea el "elegido" para dar a conocer los resultados de un avanzado proceso democrático nos es otra cosa que un mensaje claro de a dónde nos quieren llevar los seguidores de López Obrador; tan claro como que lo único que quieren es el poder para hacer su voluntad.
Lástima que los antaño se daban ínfulas de progresistas, avanzados, comprometidos y luchadores sociales ahora estén imbricados con especímenes como Camacho Solís, Ebrard y Dante Delgado, entre otros muchos. Pero eso no puede sorprendernos cuando su "líder moral" defendió contra todo y todos a René Bejarano; así que qué se podía esperar sino alianzas y componendas con quien sea.
Desde luego la aparición de Camacho Solís ahora no debe sorprender puesto que en política la forma también es fondo y todo comunica.
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